Mictlantecuhtli
- Héctor Sánchez
- 8 nov 2016
- 2 Min. de lectura

El señor del Mictlán o señor del lugar de los muertos, es el dios del inframundo y de los muertos, según la mitología mexica, zapoteca y mixteca.
Ejerce su soberanía sobre los ¨nueve ríos subterráneos¨ y sobre las almas de los muertos.
Aquellos muertos que no eran elegidos por el Sol o por Tláloc van simplemente al Mictlán, que queda al norte y ahí las almas padecen una serie de pruebas mágicas al pasar por los infiernos.
Al Mictlán van todos los que mueren de muerte natural, sin distinción de personas y sin tomarse en cuenta su comportamiento en la tierra. En el pensamiento de los mexicas, el destino final está determinado no por la conducta moral desarrollada en la vida, sino por el género de muerto con que se abandona este mundo.
En su concepción del universo, los mexicas, como otros pueblos, creen que éste se conformaba por trece planos superiores y por nueve inframundos con el fin de lograr el descanso definitivo. Al centro y en medio de los cuales está colocada la tierra.
Para llegar al Mictlán se tiene que pasar por un caudaloso río, el Chignahuapan, que es la primera prueba a la que los someten los dioses infernales. Es por esa razón que se entierra el cadáver de un perro junto con el difunto, para que pueda ayudar a su amo a cruzar el río.

Después el alma tiene que pasar entre dos montañas que se juntan; en tercer lugar, por una montaña de obsidiana; en cuarto lugar, por donde sopla un viento helado, que corta como si llevara navajas de obsidiana. En quinto lugar, por donde flotan las banderas; el sexto, es un lugar en que se flecha; en el séptimo lugar, están las fieras que comen los corazones; en el octavo, se pasa por estrechos lugares entre piedras y en el noveno y último, el Chignahumictlan, se llega al lugar donde se descansa o desaparecen las almas.
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